La Organización de Consumidores y Usuarios de O’Higgins (Odecu) realizó un estudio que muestra la…
Transporte Público y Calidad de Vida: ¿Cómo andamos en Rancagua?
Sin duda que la calidad de vida es un tema de permanente discusión, es objeto de interés de quienes preparan y diseñan las políticas públicas en Chile, para cada uno de los ciudadanos, actores políticos y sociales que aspiramos a vivir mejor. El reciente estudio de la Universidad Católica que construyó el ICVU (Índice de Calidad de Vida Urbana), nos permite conocer, con mirada científica, como vivimos los chilenos en diversos ámbitos o descriptores como el estudio señala. Entre ellos, condición laboral, ambiente de negocios, condiciones socioculturales, salud y medioambiente, vivienda y entorno y conectividad y movilidad.
Rancagua se ubica con un ICVU 44,55 y Machalí con un 33,35. El promedio nacional es 54,63, por lo que en este caso Rancagua se encuentra 29 en el ranking y Machalí entre las 10 peores comunas del país. Uno de los factores para la calidad de vida es el índice de conectividad y movilidad (CM), que mide variables de condiciones de infraestructura de conectividad, movilidad y seguridad vial de la población residente. Si tomamos sólo el índice CM, que es de nuestro interés, Rancagua tiene un 51,45 y Machalí 36,52.
El promedio nacional es 54,63, por lo que ambas comunas están bajo la media nacional en este descriptor. Adicionalmente, es de nuestro interés conocer el índice de las ciudades metropolitanas, conocidas como conurbación. En ella la conurbación Rancagua-Machalí aparece con un ICVU de 43,16, sobre la media nacional de 43. Si tomamos sólo el índice conectividad y movilidad (CM), tenemos que la conurbación obtiene un 49,60, situándose bajo la media nacional de 54,63. En este índice nuestra conurbación sólo supera a la conurbación Chillán-Chillán Viejo. Pero como podemos explicar estas cifras. Esta conurbación Rancagua-Machalí presenta un crecimiento explosivo en los últimos años. A partir del 2002, el crecimiento demográfico es notable, lo que se refleja en la cantidad de permisos de edificación otorgados para la construcción de viviendas. En el periodo 2002-2004 alcanzaron a 5.512 viviendas. Se estima un crecimiento de 7.100 nuevos hogares en el periodo 2002-2007 y de 12.000 nuevos hogares para el periodo 2007-2017.
Según un estudio de oferta y demanda de viajes del año 2006 (Sectra), en la conurbación de estas comunas, en un día laboral se realizan 670.000 viajes, en auto particular (32,3%), caminata (30,5%), bus (17,2%), y colectivo (9,6%), entre otros medios. Cabe señalar que ese estudio otorga sólo un 3,6% al uso de la bicicleta. En el Gobierno de Bachelet, la comisión ciudad y territorio, integrada por los Ministerios de Transportes, Vivienda y Obras Públicas, tomó la decisión de adelantar las inversiones para la doble vía de esta conurbación, previendo el notable impacto positivo que tendría. Ello sin duda ha mejorado la calidad de vida de miles de personas disminuyendo sus tiempos de desplazamiento diariamente y facilitando un plan de ciclovías que sin duda incrementará la incidencia de los viajes en bicicleta en próximos estudios. A ello se sumó el inicio del proyecto de sistema de control de área de tránsito, con la normalización de los semáforos de Rancagua para en una segunda etapa contar con una unidad operativa de control de tránsito. En relación a la calidad de vida, el transporte público sin duda cumple un rol fundamental, y conocer la opinión ciudadana es gran interés. Por ello en el 2009, el Ministerio de Transportes encargó un estudio que permitió obtener importantes conclusiones respecto a la satisfacción del usuario.
Para una ciudad como Rancagua donde en día laboral se trasladan 72.957 pasajeros en los distintos servicios urbanos, siendo el 71,5% de ellos adultos, en recorridos circuito completo (ida y vuelta) promedio de 32 km, en un tiempo promedio de 1 hora 44 minutos por circuito y a una velocidad media de 19 km/hr, conocer cómo evalúa el usuario su transporte parece ser esencial. Al contrario de lo que muchos pueden pensar, el bus fue evaluado en general como un buen servicio. Para el usuario lo relevante era el trato del conductor, la seguridad y regularidad del servicio, temas donde presentaban las principales insatisfacciones. La comparación Bus – Taxi colectivo también fue evaluada. El taxi colectivo se impone en la evaluación ciudadana en tiempo de viaje, levemente en trato de conductor, lo cerca que lo deja a su destino, posibilidad de viajar sentado, limpieza al interior, y tiempo de espera. El bus por su parte se impone en tarifa, cumplimiento de recorrido y respeto a normas de tránsito de parte del conductor. En el caso de los servicios rurales el transporte tiene mayor impacto en la calidad de vida. El 78% de los usuarios prefiere el bus, y de ellos un 77% lo califica como satisfactorio. Si nuestro interés es mejorar la calidad de vida, debemos planificar adecuadamente nuestro desarrollo urbano y planificar nuestro transporte público del futuro.
Para ello hay que, necesariamente, partir por reconocer los esfuerzos realizados hasta hoy, de lo contrario, la construcción de políticas de trasporte urbano y rural en nuestra Región no tendría los resultados esperados y requeridos por nuestra comunidad. Por lo tanto hay que insistir en mejorar la coordinación entre municipios, gobierno, operadores de transporte y usuarios del transporte. Más urgente si sabemos que los grandes problemas que tenemos que enfrentar en nuestro futuro inmediato es la contaminación que nos afecta y la congestión vehicular que ya nos acompaña. Dos problemas de compleja solución, que marcarán la agenda vinculada a la calidad de vida de Rancagua y la Región en los próximos años.
En el primer caso, ya se avanza en un plan de descontaminación que debe considerar centralmente medidas a las fuentes fijas de contaminación. El inventario de emisiones de Conama señala una incidencia menor del transporte en nuestros índices de contaminación. Para el segundo caso, probablemente habrá que esforzarse para que el ciudadano tenga un transporte público de calidad y eficiencia, y lo prefiera antes del vehículo particular. Allí seguramente escucharemos hablar de cambios de la infraestructura vial, restricciones de estacionamientos, cambio de sentido de tránsito, uso diferenciado de vías según modo de transporte, entre otros, términos que en un futuro cercano nos serán cada vez más familiares. Gran y compleja tarea.
Artículo escrito por Óscar Ávila
(*) Administrador Público, Magister © en Política y Gobierno, Flacso.
Fuente: El Rancahuaso